viernes, 21 de junio de 2013

“Cómo comer un buen Castellano y no indigestarnos en el intento.”

“Un buen escritor no nace, se hace a fuerza de mucho ejercicio literario.” – H. V. L.

Se da inicio al presente ensayo con algunas incorrecciones que el autor quiso traer a colación del título del mismo.
No es lo mismo decir: “desternillarse” de la risa que “destornillarse” de la risa, es decir, nuestra anatomía posee ternillas (cartílagos) y no tornillos. Entonces difícilmente con la risa podamos desajustarnos tornillos que no poseemos.
Habrán escuchado sus mercedes erróneamente: “Te lo digo de deveras” por “Te lo digo de veras”
Suena en el coloquio más cómodo pronunciar “desaveniencia” que “desavenencia”, sin embargo la expresión correcta es la última.
Y hay quienes hablan de “gentes” cuando “gente”, la palabra en sí misma es suficiente para entender que es plural.
No debe decirse “en base a”, es más académico decir: “con base en” o “sobre la base de”
No es correcto decir "el sartén", sino "la sartén".
Hay la creencia que las mayúsculas no deben acentuarse. Craso error: SÍ SE ACENTÚAN. ES NORMA DE LA ORTOGRAFÍA DE VIEJA DATA.
Y un último ejemplo… Un clásico ejemplo donde la omisión de una sencilla coma puede causar resultados desastrosos… Reza una frase muy interesante: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda'. Falta una coma ¿no? ¿Dónde? Si usted es mujer, con toda seguridad ha colocado la coma después de la palabra mujer. Si usted es hombre, con toda seguridad ha colocado la coma después de la palabra tiene.

Y así como las anteriores, existen infinidad de casos bastante penosos de descuido o mal llamadas “incorrecciones del castellano” que en el sentido estricto, no lo son. El idioma es claro y preciso; para decirlo matemáticamente es exacto. Somos nosotros quienes lo usamos incorrecta, imprecisa o equivocadamente. Luego entonces, podríamos hablar de "incorrecciones en el español", "imprecisiones en el español", pero nunca “del español”. Y aquí un paréntesis para una interrogante que más adelante se comentará ¿Idioma español o idioma castellano?.
Otra interrogante para no perder la ilación ¿Quién nos indica que los anteriores casos son incorrecciones y amenazas a la lengua del buen Cervantes?... Tarea de quienes conforman la prestigiosa Academia, es decir, hombres de letras que tiene por mandato la noble defensa del correcto ejercicio de la escritura mediante reglas compendiadas en la Gramática. ¿Que son muchas!?, eso lo sabemos. Vale citar entonces la postura del premio nobel de literatura: Gabriel García Márquez, quien en una oportunidad opinó al respecto: “Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?”.

Al anterior parecer de tan respetable y admirado escritor “El Gabo”, el autor se hizo la siguiente interrogante ¿Es la gramática y la ortografía una especie de rémora para el idioma castellano?. Y en un momento de inspiración, una poética respuesta:

“Jubilar la ortografía”
El tema de la ortografía es bastante controversial
hay quienes están a favor y quienes están en contra
enterrar haches rupestres es como poner la torta
y para quienes ni siquiera leen, eso les resulta igual.
Cierto que son demasiadas las reglas de la gramática
y que al buen entendedor pocas palabras le bastan
pero la ortografía y la escritura caótica, contrastan
como comparar un mundo sin números ni matemática.
Jubilar la ortografía es como pretender conducir por una vía
donde los chóferes no respeten las normas de señalización,
de peligro ni de avisos, cada quien conduciendo a su antojo
una versión moderna de torre de Babel, tal cual protervia
consumado el asesinato de nuestro idioma por despojo
sería catastrófico el tráfico y a cada instante una colisión.

 “Lamentable que las faltas de ortografía, a la gramática, sea en el común de escritores el pan nuestro de  cada día en prejuicio de lectores, una forma de evidenciar el descuido y devaluación hacia la lengua de Cervantes.” – Hermes Varillas Labrador
Y hablando de nuestra lengua castellana, vale una reflexión a manera de compartir lingüístico en una mesa de múltiples lenguas, dialectos y jergas que conviven amenamente en nuestra Latinoamérica, y por ende en Venezuela, como un suculento plato, tal vez fácil de acceder, un tanto picante para comer, pero bastante difícil de digerir.  No parece tan gracioso pretender, por ejemplo, ir contra la corriente en materia de innovar o renovar la lengua, pues la cosa no es fácil que digamos. Para una tarea de ese calibre se requiere de mucho talento, constancia y buenos argumentos, eso en el caso, si hablamos de la lengua castellana, que en la península ibérica prefieren sea llamada de esa manera y no: Idioma español, en tanto que allá ocurre como acá, no se habla una sola lengua, decirlo sería discriminante para con el catalán, el valenciano, el gallego..., tanto como negar que es práctica común el bilingüismo en seis de las diecisiete comunidades autónomas de España. (1)
Volviendo al tema, introducir tan solo un vocablo nuevo al idioma, es cosa de notoriedad que pocas personas logran, amén que debe hacerse un esfuerzo sostenido ante un grupo de catedráticos como especie de “tribunal inquisidor” que es un tanto difícil convencer para que otorgue la buena pro y acepte finalmente dar luz verde a una naciente palabra propuesta. Cosa que no ocurrió en los orígenes de nuestra lengua donde no se conoció ni Academia, ni otro poder que rigiese el destino del léxico utilizado por el popule meus (2). Lo que me hace recordar el caso de Arturo Úslar Pietri y de Rafael Caldera, ambos propusieron sendas palabras para su incorporación en el DRAE y lo lograron, pero digno de citarse, es el caso del primer escritor citado con su vocablo: Pendejo. A pie de página la jocosa historia del mismo (3).  

Continuando con el tema de la infinidad de normas de la gramática que hacen del castellano y su aprendizaje un penoso transitar de un lenguaje oral a otro escrito con hitos normativos que lo hacen más lerdo, una cita de José Antonio Millán: “…le tengo cariño a la hache, es como unos zapatos viejos que no valen para nada pero que no te animas a tirarlos porque te recuerdan por dónde has caminado con ellos", y otra cita del polémico Gabriel García Márquez: “Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempos no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo veintiuno como Pedro por su casa.”
Coincide el autor con la cita anterior… Felices nuestras etnias indígenas que no se inventaron una Real Academia o suerte de inquisidoras alcabalas que les digan cómo deben expresarse correctamente, pues a cambio tienen una madre natura, su bondadosa Pachamama quien les inspira en su manera de hablar y en su modo de obrar con respecto e interacción racional, a pesar que para el mundo occidental desde otrora época se les considere “salvajes”. (4)
Como colofón a este ensayo, me preguntaba: ¿Quien saca beneficio de la indigestión que pueda ocasionarnos una opípara cena de tantas lenguas existentes, o, acaso no habrá ganadores y perdedores… el gran derrotado es nada más y nada menos que el silencio. Los objetos, los entes abstractos, las acciones,… “tienen en la actualidad tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.” – Gabriel García Márquez (5)
(1)   http://es.wikipedia.org/wiki/Idiomas_de_Espa%C3%B1a
(2)   "...el lenguaje no lo hace el poder, no lo hace la Academia (Real Española), no lo hace la Iglesia, no lo hacen los escritores. Lo hacen los cazadores, los pescadores, los campesinos, los caballeros, es el lenguaje del alba, es el lenguaje de la noche, hay que acudir a las bases donde se forma la lengua" - Jorge Luis Borges.
(4)   http://es.wikipedia.org/wiki/Idiomas_de_Espa%C3%B1a

Es el ejercicio del autor en una faceta desconocida como columnista para quienes estaban acostumbrados a leer solo poesía y no prosa.

Bienvenidos sean aportes, críticas constructivas y comentarios.

                                                                                                       - Hermes Varillas Labrador
                                                                                                         Educador y comunicador social

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