viernes, 6 de noviembre de 2015

“La Importancia del Currículum y de la Planificación en la Gestión Educativa.”

Currículum, vocablo latino (currere que significa “carrera”) es un concepto que ha variado en su significado a través del tiempo.. De manera muy sucinta se puede definir currículo como todo cuanto ha de intervenir en la formación y en el proyecto educativo de forma amplia, tangible o intangiblemente, siendo el estudiante el centro de las intencionalidades.
En atención a los requerimientos de esa “carrera”, el ser humano hace uso de una ciencia tan antigua como el mismo currículo. Se trata de la pedagogía, que en la Gracia de la edad de oro, era la actividad y responsabilidad encargada a los esclavos más instruidos que era la más valiosa adquisición de su botín de guerra.
El pedagogo en el rol del maestro más ceñido a lo contextual, enseñaba en y para la vida. El maestro era el acompañante, consejero y orientador del párvulo en el mercado, en el campo, en el anfiteatro, en la calle, y en toda actividad de su existencia. 
Ese modelo fue cambiado con el paso del tiempo por una enseñanza muy parcelada y circunscrita al encierro entre cuatro paredes como remedo del liceo francés del siglo XVII. Sin embargo, la responsabilidad que recae en un docente no es mera entelequia. Es como pretender que una delicada operación a corazón abierto la realice un enfermero, sin inmutarnos. No toda persona está llamada a cumplir ese delicado rol. Se requiere de mucho profesionalismo y en especial, vocación de servicio que no todo el mundo posee.
Parafraseando lo que escribió en una oportunidad el insigne maestro Antonio Pérez Esclarín, se puede afirmar que: El maestro es ese ángel que con paciencia y amor cincela los corazones de nuestros niños en función de asegurarles un futuro mejor.
La pedagogía es suerte de apostolado de servicio que requiere de una delicada y efectiva acción de tal forma que en los discípulos se pueda lograr vencer el miedo a cometer cualquier equivocación.
Pretender que en la escuela esta delicada labor sea permeada, sea entorpecida, sea supervisada, sea fiscalizada y sobre todo dirigida por cualquier persona extraña, es la peor amenaza que pueda cernirse en nuestras aulas de clase y en nuestro sistema escolarizado.
De allí una pregunta que debe plantearse todo buen educador: ¿Qué utilidad práctica me ofrece el currículo?.
Sin duda alguna son muchas las utilidades prácticas. Orienta el trabajo del docente, de tal forma que no existan improvisaciones. En atención al perfil, precisa qué aprendizajes y competencias el estudiante debe adquirir. Permite la disposición de todos sus elementos de tal forma que la planificación  sea la organización inteligente de los mismos en atención a los fines durante el proceso pedagógico del estudiante.
Grave error cometen quienes dirigen desde las oficinas de un ministerio la educación de un país, al creer que con potenciar o atender algunos de los elementos del currículo, en claro desconocimiento de la pedagogía en el aula, en la escuela, en el entorno social, ya de hecho se ha mejorado sustantivamente la calidad de la educación. Por la vía de un ejemplo: Se pueden inyectar recursos y masificar la educación, pero si no se atiende el currículo integralmente, el producto cualitativamente dejará mucho que desear.
Sin embargo, es gracias a tropiezos, ensayo y error, y a una característica importante de las teorías pedagógicas acerca de su validez, que de forma ecléctica se ha ido perfeccionando la práctica docente, a tal punto que la pedagogía hoy cuenta con el apoyo de la psicología y otras disciplinas para hacerla más eficiente y más sustentable para con la solución a los problemas que afronta una sociedad.
Decir que existen fórmulas para el desarrollo y armonía en un país entraña una realidad que no es un secreto. Lo decía el genio de América, Simón Bolívar: “Las naciones marchan hacia el progreso con el mismo paso que avanza su educación”.
En tal sentido, no nos asomemos a revisar los casos de naciones con modelos educativos con problemas, miremos lo que hacen los países que ocupan los primeros lugares en materia de educación.
Las prioridades sociales para elevar la gestión educativa, y a su vez que se obtengan beneficios recíprocos, es una necesidad común en la mayoría de países. Por tanto se hace necesario decirlo insistentemente, mirar en dirección de quienes pueden dictar una verdadera pauta en cuanto a Modelos Educativos Eficientes, verbigracia: Finlandia, Noruega,  Nueva Zelanda, Japón, Corea de Sur,… y emular tales logros es una tarea impostergable, del día a día, de parte que quienes entiendan que la educación no es un problema, es la grande y efectiva solución.
-          Hermes Varillas Labrador
Educador y comunicador social

domingo, 19 de julio de 2015

“Los dos extremos en el quehacer educativo”



Existen vicios graves en el ejercicio de la Profesión Docente muy influyentes y contraproducentes en cuanto a la calidad educativa y por ende en el producto que se espera formar. Son los dos extremos de la actividad ejercida por el docente del diario quehacer en su hecho educativo.

El primero de ellos está referido a aquel docente muy flexible y hasta apático en cuanto a las competencias que adquieren sus discípulos, es un docente que poco le importa desarrollar a cabalidad lo contemplado por el currículo, muy sobreprotector y le importa más la cantidad de estudiantes que aprueben, es decir, que apruebe un 100% es para él un gran triunfo y mérito, sin importale qué competencias logró verdaderamente enseñar, y se justifica en el hecho que es muy importante la parte afectiva y actitudinal del estudiante, dejando a un lado la enseñanza de los contenidos conceptuales y procedimentales.

Y el segundo extremo, tan grave como el primero, es de aquel docente demasiado estricto, con una rigurosidad académico-científica que raya en lo que comúnmente los estudiantes califican como un verdadero filtro.


La siguiente reflexión es válida para ambos extremos. Qué fácil es hallar errores, gazapos, debilidades y falencias en nuestros discípulos al momento de evaluarlos, o sencillamente ni les evaluamos por ganar sus preferencias, pero nos hemos preguntado, será que pasamos la prueba si son ellos a quienes les corresponde la compleja función de evaluarnos, no olvidemos que una de las formas del acto de evaluación es la coevaluación, nos creemos muchas veces dueños de la verdad, con mucha superioridad y libres de pecados. Un docente carente de modestia y humildad puede causar en su labor un serio daño. De hecho es una característica en el perfil del docente de la cual no debemos olvidarnos. 

Por la vía de una comparación me permito explicarlo. La educación de nuestros discípulos es comparable como sostener una pastilla de jabón mojada, si la dejamos libre, de seguro que va a resbalar de entre nuestras manos, si la apretamos con fuerza, peor aún, saldrá disparada. Una presión suave pero firme nos permitirá controlarla. La moraleja de esta comparación: Ni muy flexibles, ni muy rígidos y haremos un buen trabajo.

-          Hermes Varillas Labrador
Educador jubilado y Comunicador social

domingo, 26 de abril de 2015

“Una nueva siembra” – Hermes Varillas Labrador



Con la intención de atrapar la curiosidad del lector ofrezco a sus mercedes estas humildes letras, a manera de reflexión contestataria de mucha vigencia social.
Tanto avance en tecnología y ciencia que a veces cabe adicionar a tantas preguntas harto difíciles de contestar... ¿qué éramos en el principio de los tiempos y cómo llegamos a tal grado de enjambre social?
Y no por ello dejo de reflexionar... ¿Sal de la tierra, temblor de huracanes, soledad de la niebla, o paradójica lumbre del fuego eterno de las galaxias? Sobrevivimos de nosotros mismos como suerte de peligrosos enemigos en un espacio irreal del que nos consideramos esclavos y amos, o de pronto, clandestinos exiliados de la heredad universal con el asombro de un progreso que peligrosamente nos puede llevar de retorno al punto inicial...
Como bien lo expresó Albert Einstein a manera de sentencia lapidaria: "No sé como será la tercera guerra mundial, sólo sé que la cuarta será con piedras y lanzas".
Y en el afán de lograr llegar a una meta incierta el humano pensamiento no se cansa de destruir, de exterminar, de desertificar, de depredar… ¿Hasta qué punto tanta demencia por sobrevivir entre tanta injusticia social?,… somos sordos ante tanta queja de más de media humanidad que vive en pobreza extrema como muestra de la ausencia de conmiseración y hasta de exceso de doble moral.
Lo ratificó Hugo Covaro en una aleccionadora frase: "Cuando muera el último árbol, el hombre desmemoriado y solo se mirará las manos y llorará en silencio. Tal vez entonces un Noé cósmico en su arca luminosa, se lo lleve para intentar una nueva siembra más allá de las estrellas.”

“Una nueva siembra más allá de nuestro Solar sistema”
-          Hermes Varillas Labrador

Qué inconsciente es la especie humana
dado el tamaño limitado del planeta Tierra
sin embargo los fabricantes de guerras
por ambición a otro orbe mueren de ganas.

Y  por ello sueñan que en un nuevo mañana
pues a la idea voraz y conquistadora se aferran
agarrar maletas y fortuna y en pos se destierran
para habitar un nuevo edén con edad temprana.

Digno para una reflexión pues las mentes insanas
no cesan de viles sueños y proyectos que aterran
cuando muera el último árbol  de la faz de la Tierra
morirán con él, la enferma codicia y aspiraciones vanas.

Y tal vez el hombre desquiciado en desérticas sabanas
en solitario se mirará las manos y llorará sus penas
y un nuevo Noé lo lleve para intentar una nueva siembra
en su arca luminosa por allá en feraces galaxias lejanas.