De mi humilde porsiacaso para tu consciencia. (118)
“La desigualdad entre ricos y pobres como arma para
justificar la corrupción”
Sin ser docto en sociología, mucho menos politólogo, me
atrevo a decir que la desigualdad entre clases sociales no es una ley natural,
ni divina, depende exclusivamente del comportamiento del ser humano en sociedad.
Históricamente es algo que tiene sus causas y
consecuencias. Tanto así que se puede afirmar que la brecha entre ricos y
pobres es un problema de cultura y educación, de oportunidades y de
condiciones, para lograr aprovechar las inmensas fortalezas del intelecto
humano.
Es mediante una arraigada cultura y una excelente educación
que los pueblos logran mayor nivel de vida y ese nivel de vida depende
ineludiblemente del provecho que sacan de ambos procesos (cultura y educación),
para llevar a una comunidad, a una región o un país hacia el desarrollo y
progreso, hacia la armonía vital con el ambiente, por muy pobre o agreste que
parezca.
Mientras esa educación sea de calidad y llegue a toda la
población, sin distingo de cualquier factor, léase clase social, credo,
ideología, o color de piel, mayor será la eficiencia en las instituciones conformadas
por honestos y probos funcionarios que garantizarán los derechos a los
ciudadanos: salud, educación, alimentación, vivienda, …, es iluso pensar que se
pueda lograr una igualdad social, sin atender la formación integral de un ciudadano
sobre sanos principios y valores.
Es claro que en los sistemas capitalistas existen
privilegios y privilegiados, y esto no se puede negar, en tanto que quienes
hacen mayores esfuerzos por aprovechar su talento y sus fortalezas, obtienen a
cambio muchos beneficios, no así el ocioso, el acostumbrado a vivir de las
dádivas y las ayudas gubernamentales.
A esta gran brecha entre ricos y pobres, los intelectuales
de izquierda le han dado en llamar de forma aviesa y mal intencionada “Neoliberalismo
salvaje” para alentar el resentimiento social de quienes viven medrando a
expensas del estado.
Con el mismo cinismo pretenden justificar el triste destino
del sector de la población que apuesta a la envidia, a la pereza y a culpar a
otros de su fracaso como personas.
Pero la desigualdad más dramática la representan los países
que de forma grosera han colocado a caudillos al frente de sus riendas y se han
dedicado a hacer un colosal saqueo robándose los recursos y las oportunidades
de muchos en beneficio de unos pocos, caso emblemático: Venezuela.
Cómo no recordar arengas incendiarias de un megalómano instruyendo
a sus acólitos y seguidores de un pueblo carente de valores de autoestima con
consignas que afirmaban que “Ser rico es malo” o que lo prioritario era salvar
a la revolución a cosa de andar desnudos y muertos de hambre mientras que él y
su entorno familiar y del poder se enriquecía de forma inmoral.
Cuando se alienta el resentimiento social entre los pobres
queriendo hacer ver que los ricos les han robado los sueños y sus derechos,
estamos en presencia de politicastros dedicados a burlarse de la fragilidad y
pobreza mental, de muchos en perjuicio de pocos. Son muy conocidos los argumentos
para exacerbar ánimos de incautos que creen en paradigmas errados a manera de mitos muy sospechosamente repetidos
hasta la saciedad, los mismos los he detallado en el vídeo adjunto a ese artículo.
Colofón:
Un régimen descaradamente populista es aquel que
prometiendo la equidad social e igualdad se dedica a alentar la confrontación
entre los estratos sociales, por un lado, multiplicando el desaliento, la
ociosidad, el hambre y la miseria, y por el otro se dedica a robarse los
recursos que bien pudieran disponer las clases humildes con trabajo honesto,
creador y productivo, con constancia y con tesón.
Estimado, gracias por compartir su diálogo, me atrevo a decirle que le copio unas partes del mismo, para poder compartirlo con las masas en mi país ECUADOR, a ver si así por lo menos despiertan.....
ResponderEliminarGracias amigo Francisco por los conceptos. Terrible realidad la que padece Ecuador, Chile, Perú. Y sin hacer sesgos políticos, que en este caso es inevitable, deberían mirarse en el espejo de Venezuela. Hoy que son elecciones en varios países, esperemos gane el pueblo y no los politicastros ansiosos de colocar las manos al erario público en su ambición desmedida.... Válida mi reflexión para regímenes de derecha y de izquierda.
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